Compañero Enrique
te vas con tu sonrisa franca
te vas con tu mirada precisa
te vas con tu inigualable solidaridad de amigo
te vas con esa sabiduría del pueblo
poco apreciada por los más jóvenes
Te vas a las aguas profundas dónde las respuestas están de más
y nos queda un nicho vacío en el lado bueno del corazón
Compañero Enrique
me harás falta en la caída de Diablos
te buscaré en la noche de San Juan
tu trago se quedará indemne en la botella compartida en la corriente del río del Medio
Las Tejerías amanece silenciosa sin el retumbar de tu voz llamando a la familia...
Yo amanecido y con el alma ahogada en este llanto por tanto que decirte.