sábado, 29 de agosto de 2020

Cualquier respuesta tuya

será un sí

para este encuentro inevitable.


El sol y la golondrina sólo conversan.

La brisa breve

alborota los árboles de mi calle.

Tus labios despeinan mi alma.


Calle y alma esperan la noche.

En mi tapabocas de papel


la palabra perdida

encuentra donde hacerse atemporal

mía y ajena.

Vientos solares

lluvias de estrellas

mareas de anémonas

y yo enfrentando pandemias humanas.


Deseo seguir siendo pez.

Despierto en medio de un desierto


sé que puede tratarse de un sueño

dudo que la realidad sea esta.


El canto de un ave rompe el sudor

y la luz se torna en cristal opaco.