Cualquier respuesta tuya
será un sí
para este encuentro inevitable.
El sol y la golondrina sólo conversan.
La brisa breve
alborota los árboles de mi calle.
Tus labios despeinan mi alma.
Calle y alma esperan la noche.
En mi tapabocas de papel
la palabra perdida
encuentra donde hacerse atemporal
mía y ajena.
Despierto en medio de un desierto
sé que puede tratarse de un sueño
dudo que la realidad sea esta.
El canto de un ave rompe el sudor
y la luz se torna en cristal opaco.