A diferencia de antes
no guardo disimulo alguno
Regreso a los hábitos de autodestrucción
a estos bosques recónditos
oscuros
dónde el alma se contrae
y deja que el cuerpo se desdibuje
en humaredas calmas
en sonidos largos
de eternos crisoles
Voy entre la gente
destilando éste licor
de enfado y dolor
difícil de ocultar
despojado de olvido.
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